La cancha de voleibol no es más que un rectángulo de las siguientes medidas 18 m de largo por 9 m de ancho y es dividido en su línea central por una red que separa a los dos equipos.
La zona libre debe ser al menos de 3 m,
mínimo que en competiciones internacionales se aumenta a 5 m sobre las líneas
laterales y 8 m para las líneas de fondo. La cancha de voleibol consta de un
especio libre y este es el que está sobre la pista debe tener una altura mínima
de 7 m que en competiciones internacionales sube a 12,5 m.
A tres metros del
medio de la cancha de voleibol y donde se encuentra la red se encuentra lo que
se llama una línea limita en cada campo la zona de ataque, zona donde se
encuentran restringidas las acciones de los jugadores que se encuentran en ese
momento en papeles defensivos (zagueros y líbero). Las líneas que recién
hablamos siguen a travez del exterior de la cancha de voleibol con trazos que
son discontinuos, y la limitación que representan se proyecta igualmente en
toda la línea, incluso más allá de los trazos dibujados. Las líneas tienen
todas 5 cm de ancho.
El suelo de la cancha
de voleibol es
donde los jugadores se encuientran en constante contacto con el mismo y que es
habitualmente utilizando con distintas protecciones en las articulaciones en
las rodillas y en los codos. La superficie de la cancha de voleibol no puede
ser rugosa ni deslizante.
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